Es un laberinto de
carne y pensamientos
Las fauces de las
deidades y los demonios
devoran la voz
antigua de sus cimientos
¿Por qué solo hay
puertas que no tienen llaves?
Sus muros palpitan
en carne que se recrece
Quiero salir por
el aire que siempre me falta
en un bypass que me
devuelve irremisiblemente
¿Dónde está el mar
del constructo libertario?
Yo ando solo y sin
mí me reconstruyo
Es suelo trémulo, una
mujer inversa libidinosa
que camina felina
bajo mis pasos penitentes
¿Y el amor? ¿Esa
máquina de besos hirientes?
Esta celda que la
existencia me dio sin elegir siquiera
Esta apariencia
que soy yo en esqueleto de tempestades
que deambula por
las arterias vetustas de la humanidad
Y esa entidad que
se pregunta y se retuercen sus verdades
Esa bestia inmoral
que teme la otra cruz de sus infiernos
Ese feto fratricida
en el útero del tiempo con sus guerras
¿Por qué solo hay
puertas que no tienen llaves?
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