Blanco y negro

 

Esta tarde en blanco y negro bajo la lluvia forastera

violonchelo cuyas notas caen cual lágrimas a la tierra

A todo le falta tu nombre y nada te olvida

Esta música que arde en el pentagrama doloroso

donde los latidos reverdecen los amores antiguos y muertos

con el chasquido de las gotas

Pero brota un tallo nuevo desde la herida silenciosa

y desde sus hojas de luz evocan tu recuerdo

para que tu nombre renazca y regrese a mi boca

Los vencidos

Nos despertaba un tren de nieve

El silencio de los campanarios

El aire cortado por sus palabras

La remota luz de aquél cometa

Los libros de poesía... sin ella

El violoncelo de los barcos en el alba 

El rancio perfume de su olvido

El siniestro susurro de los candelabros

La voraz melancolía de Saturno

El pútrido aullido de todos los tiempos

La otra zona de vuestros ojos

Este murmullo de los muertos

Café rosa

 

Entre lenguas mariposas

a sorbos el arco iris

y en el panal de tus labios

yo degusto el café rosa

Amor de azúcar y prosa

voy mordiendo tu dulzor

y entre tanta luz y color

yo degusto el café rosa

Es tu boca vanidosa

roja, henchida, carnosa

Yo sediento de gemidos

te degusto el café rosa

Y te ríes, nos reímos

la vida es vulva deliciosa

y entre golosinas y besos

degustamos café rosa

Cunnilingus alata

A mordiscos de pupilas

Crepitando la lengua

Cunnilingus alata

Seda carnal y rojo cielo

La noche blanca en los ojos

y un gemido sempiterno

 

Amanece

No ha salido el sol

y ya te nombra

Canción sin retorno

que anida la boca

Amanezco en tu desnudez

con aroma de océano y café

tan cerquita de un dragón

de arena que duerme en la orilla

Y así, cual candiles en el cielo

flotan las horas

Yo vestía el panal de tu piel

derramando mariposas y lenguas

para gestar la marea de tus entrañas

torbellino de pétalos y gemidos

La luna de yedra blanca
enroscándose a nuestras pupilas

cuando un cometa desnudó la noche

y abordé fieramente tu boca

Amanezco en tu desnudez
con aroma de océano y café
tan cerquita de un dragón
de arena que duerme en la orilla

Y así, cual candiles en el cielo
flotan las horas

Incógnitus

Todos estamos lejos

Lejos del mar 

al otro lado del cristal

Lejos y más viejos

Lejos...

del amor de otros continentes

detrás de las pantallas

Se nos ríe a la cara

a carcajadas resonantes

la tristeza del sillón... delirante

o de las cuatro paredes 

que ni recuerdo

o no sé si eran cinco y un perro

Perro que ya no tengo

Ni el deseo en calderilla 

Los bolsillos vacíos de cariño

y regreso del deseo a su entierro

Lágrimas tan lejos...

"Cuánto te pienso amor

Cuánto te pienso"

Aunque nunca anides en mis dedos

Materia y nada de otro universo

Me voy por mi teclado a verte

y te toco con átomos que no siento

Tú me dices "Te amo" tan fuera de tiempo

Siento un vacío extraño que no comprendo

El mar tras el cristal no nos alcanza

Se rompen los latidos en las pantallas

De cien en cien o mil en mil

Estúpidamente suicidas

Estamos lejos

sí

Tanto...

Amigo

Escribe amigo

Escribe

como el arado escribe

escudriñando la tierra

de dulcineas amargas

Escribe

clavando al surco entregado y abierto

el filo lluvioso y erecto de tu palabra

Escribe amigo

Escribe

Escribe

hasta que florezca de nuevo 

el jardín roto del alma

que se preñe la tierra de amor y esperanza

Escribe amigo

escribe sin descanso

y escribe ahora

 que se pudra para mañana la semilla

de tu verdad amarga

ese cementerio de los unicornios

Escribe amigo

antes que se apague sin ti

la luz del alba

y nos borre a todos del mundo

de un brutal golpe de soledad

Respirándole

Respirándole lluvia

Manantial palpitante que 

mi lengua aprende, prendida

salvajemente sin mente, huncida

al yugo abierto de sus muslos,

Su llanto dulce, pulsátil, lamido,

brota caliente entre grito y gemido

de tanto incendiarse sin nadie

de tanto deseo con dolor

Un corazón socavado, hundido

en esa carne cruda del amor