lunes, 5 de diciembre de 2011

Madrugada







No es del enemigo el corazón que apuñala
Entonces...
¿Qué porta la mentira como una daga
y siembra la duda que se pudre en la mirada?

Decía: Te quiero

¡No mirarme con pupilas espinosas
que esta sombra no me cesa buscando una lágrima!
Hoy me duelen los pulsos de tanto pensarla

Hoy... y no sé pero...,

se me desangra la luna esta madrugada