lunes, 25 de febrero de 2013

Estatuas de arena







Cuando todo se había perdido, llegaste tú
Me regalaste esa boca sonriente y amable
Esos ojos desnudos, serenos, desarmados

Sentía recrecer mis raíces y brotes nuevos
en aquellas ramas tristes del árbol solitario
del que todas las noches el viento superfluo
arrancaba las hojas soñadoras

Creí volver a la vida como un pájaro liberado,
rescatado de la pútrida mentira que descosía la brecha
en ese calor húmedo tuyo que me desprendía esporas

Volvían a mis dedos las palabras con tinta de nieve
a este embrionario escritorio del alma sumergida, cuando
tu dulce lluvia se sentaba a conversar conmigo

Juntos, le dimos muerte al espejismo de las ilusiones
Yo me fui recreando en las olas a tus orillas labiadas
allende vi parir al crepúsculo un cometa libertario

Volvimos a ser niños entre caracolas y estrellas
Allí quedamos como estatuas de arena escrita
cogidos de la mano, eternamente exonerados

Llegó un día un tren de niebla a recogerte
Se fue deshilando la casa, el fuego, la memoria…
                          Pero eso, como dicen tantos cuentos, es otra historia



domingo, 17 de febrero de 2013

Cielo y alambrada






¿Qué saben las aves de alambradas?
Tal vez lo mismo que yo de recortar el cielo
Y yo, envidio tanto su ignorancia…
Desde la térrea sabiduría de los ciegos,
me precipito a sentirlas y contemplarlas

En esa consciencia desierta de los hombres,
he visto buscarlas al pecho, con ojos de jaula
Por eso las encierran. Por eso
Porque la envidia es una celda para el alma

Las hacen cautivas entre rejas amargas
Ya ni pretenden trazar el cielo con sus alas
Ahora solo caminan, cantan y saltan,
y saben tanto como nosotros, de alambradas.




domingo, 3 de febrero de 2013

Lo que dejamos






Mira lo que tú y yo sembramos…
Un corazón abatido entre cenizas

Mira lo que recogemos…
Pedazos de abrazos inmensos
que dejamos a la orilla de los sueños

Y besos ardiendo
sobre fósiles tierras de deseo
en que germinan sin memoria,
interminables árboles negros

Es el ocaso de los enamorados
De los enamorados injustamente
De esos que ya fueron desterrados
de las páginas indiferentes del amor

Mira lo que hemos dejado sin nombre...
Un embrión sin útero, desahuciado,
bajo la lluvia del olvido