Te
mirabas dentro de un remolino
Te
sentías en las hojas y girabas
A
tu alrededor todo era antigeométrico
Diminutas
espirales prendían lágrimas
Con
trémulos ojos contemplabas
el
patio vacío donde una niña volaba
Te
posabas en la orilla de su abismo
como
una golondrina en un arpa
Recuerdo
la llovizna como música
Notas
del agua que se rizaban
Trepaban
por la yedra, las corolas…
formando
menudas y palpitantes palabras
Podías
atomizarte en lo cósmico de un beso
Bucear
en la profundidad de un mundo muerto
Un
día quedó tu reflejo en una ventana
atrapado
en su silencio perfecto
Diminutas
luces abrían sus alas
Te
vi alejarte como un susurro en el viento
Pasaban
los otoños y no regresabas
Yo
me fui un día; ya más no te recuerdo
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