Soy poema que se pudre
en un atril
A estar lejos me
condenas
de la carne en que he
florecido
Yo nací del corazón
y a ras de los ojos del
mundo
No me vendas, poeta
yo no puse precio a mis
palabras
Me haces sentir
iracundo
Te coronas con mi
aliento
desde la vacuidad de tu
desierto
Tú no me has inventado, poeta
Yo soy del viento
Solamente me has
forjado
con tu hermoso sentir
Pero tu vanidad me
prostituye
cada vez que me recitas
por encima de la gente
Yo habito en la gente, poeta
y me alimento de ti
No hay comentarios:
Publicar un comentario