Detrás de cada verso
como jungla
Está la frágil fiera entre
palabras oculta
La que espera
palpitante a quien teme y desea
Escribe húmeda y se diluye
en prosa
Le busca en la noche
cuando le acecha su sombra
Lleva en el corazón su
nombre con letras de soga
Ella, la que sufre
silenciosa su falta
Con su trémulo aliento su
proximidad percibe
En lordosis el alma, a
su inminente presencia, asoma
La hembra silenciosa en
su selva espera
Se siente la presa
cuando sus ojos le celan
La lee, la encuentra,
la desnuda; copulan el poema
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