domingo, 19 de agosto de 2012

Donde acaban los sueños









No sé qué hago aquí,
en este lugar de losas blancas que nunca termina,
como una diminuta mancha negra del infierno
en este sórdido cielo que no comprendo

Esto es un entierro,
donde yo soy el que vela y el difunto es otro sueño
Quiero correr y alejarme,
pero mis pies son de hierro

Frente a mí hay un espejo
con alguien confuso adentro

“No sé si soy el poeta o tu reflejo” –me dice
“No sé qué hago aquí en este blanquísimo silencio”
“¡Escúchame!” –me sigue diciendo
“¡Arráncate ese árbol podrido cuyo fruto son los sueños
y libérame de una vez de este maldito cementerio!”
“¡Que quiero estar a ras del mundo y sentirme contigo entero!”

Del árbol oxidado, una cometa onírica se ha desprendido
de su hilo viejo y cansado

Al despertarme… un helado sudor mojaba mi cuerpo
Encendí un cigarrillo
Miré hacia la ventana
Todo para mí parecía nuevo
en este pretérito presente nacido
de un aparente presente sueño








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