jueves, 9 de agosto de 2012

Blues de madrugada








Con ese blues de madrugada vertiginosa
Con ese mordisco azul a los labios alígeros
Con ese aroma de lluvia sobre la tierra caliente
Yo te leía los ojos de poema líquido y libidinoso
Para enmarañarte de palabras en arrebol ígneo
Y desnudarte a mi boca con voraz ternura

Como yedra en tu piel yo iba creciendo
Con hojas de lengua devorando tus miedos
En un blues eterno de feraz concupiscencia
Con su forma bicorpórea prendiendo el silencio
Entre pupilas laberínticas de puñales tiernos
Que entraban al alma cual hebras de miel

En esa noche velívola en que flagraban las horas
Bailábamos en uno la danza undívaga y hermosa
Al compás de un saxo húmedo a nuestros sentidos
Loba entre mis dedos gimiendo a la luna de la piel
Con mis ojos como sogas aferrándose a tus latidos
Cuando al final del blues definitivo… todo era llover








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