jueves, 3 de enero de 2013

De arboleda luminosa






Volverán palabras como la nieve
A esa sangre amarga que no llega al corazón
Mariposas lívidas en amaneceres
Que volaron ciegas al engaño de su amor
Y yo, que de tanto amarla me hice musgo de mazmorra…
Secuestrando risas, me bebo las penas
En esta taberna de los resucitados
¡Qué me importa nada!
¡Si ya todo es ceniza!
Ahora busco el nido de los huracanes
Seguiré los pasos que dejé sin huellas
Roturaré sus campos con arado de sal
Y esas palabras bellas que me ofrecen dulzura
Lloverán sobre la tierra en que cosecho mis días
Poesía es el sendero en que brilla el horizonte
Sendero de encinas y romero
De arboleda luminosa
De amigos que nunca me fueron a olvidar
Ahora sé lo necesario sobre todo lo que siento
Y lo que siento, es esencia de libertad




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