Ya no quiero callar más
¡Basta ya de silencios!
Que todos guardamos la
rabia
Mientras al mundo lo
pudren
Los de siempre, los
mismos perros
Con aureolas de santos
Y mirando al cielo
Para confiados necios
Yo no quiero a esos
vampiros
De vetustas monarquías
Sanguijuelas coronadas
Que succionan nuestras
vidas
Yo no quiero más
iglesias
Para mutantes beatos
Quiero a la gente
despierta
Con su despierta razón
Que vean a los buitres
Girando en sus cabezas
Planificando la
ignorancia
Para carroña mejor
Yo no quiero dirigentes
Ni ejecutivos políticos
Payasos de corbata
Reformistas de salón
Engañabobos y corruptos
Pusilánimes conniventes
Con el poder de los
ricos:
Los inmorales neoliberales
Que nos roban por su “honor”
Por su honor… y su codicia
Esta última insondable
Los que venden a su
madre
Y se disculpan ante
Dios
Ya no quiero callar más
Porque me duele la
conciencia
Porque veo a tanta
gente
Víctima de su inocencia
Mientras los perros de
siempre
Se van inflando de esa
esencia
¡Quiero veros en las
calles!
¡Tenemos mucho que
hacer!
O acabaremos todos
pobres o
Muertos o a saber qué…
Pues sí, o espabilamos o nos van a dejar sin sangre, nos lanzan porco a poco señuelos, nos camelan, nos utilizan, nos chupan y nosotros siempre esperando que suceda el milagro, pero el milagro somos precisamente nosotros, juntos, apoyados unos en otros para ser más fuertes que todos los vampiros y carroñeros de este mundo.
ResponderEliminarBesitos Arturo, muy bueno tu poema.
Me alegra que te guste, todos debemos tomar conciencia sí, no nos queda más remedio que tomar las manos y las calles. Un beso y un abrazo
ResponderEliminar