jueves, 17 de mayo de 2012

Sin ellos las estaciones






Llevo a los hijos que me arrancan,
como pulsos angustiosos y sangrantes
Y silenciosos me apuñalan los minutos
derramando lágrimas que se guardan

Siempre es bella la vida con sus ojos grandes
cuando están a mi lado dibujando los días,
con sus manos pequeñas y sus risas anchas

Llevo a los hijos que me apartan,
como faro en la noche desesperado
buscando su luz en las tinieblas
de este mar de horas que se nos muere

Yo les tengo por el alma jugando y riendo
mientras dolorosas las estaciones se marchan
Aunque el invierno de la distancia aún me hiele
y en mi solitario destino me quiebren el corazón




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