lunes, 4 de junio de 2012

Contigo siempre






Imaginaba que un día no serías escritura
Ni la tinta amarga que en el alma vacía llueve
Más bien la piel que en mi piel se sumergiera
Acariciando segundos como poros de mi vida

Cuando las tardes a oscuras te pensaba sin aliento
Urdías el tejido del tiempo con un rocío de lágrimas
Liando tu finísima gasa invisible en mis palabras
Apenas me tocabas con ese pensamiento tangible

Daba entonces la vida por tenerte en los brazos
Acariciarte dulce la risa con un poema desnudo
Olvidando para siempre aquella sombra sin hombre o,
Liberándome sin temor de la tiniebla de tu ausencia

Imaginaba que un día nos tendríamos de la mano
Viviendo juntos las horas por orillas infinitas
Adonde las playas no terminasen a nuestros pasos
Quedando una estela de arena por un ocaso encendida

Una vez viniste a mí desde los juncos y los vientos
Inventaba tu boca en la lluvia para oírte decir mi nombre
Respirabas mi aliento en mareas de trigo y flores de invierno
Oxigenándome el alma para asfixiar la tristeza

Siempre supe que tu alma era posible… ahora me despierta




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