Yo voy tocando con tus
manos
Cada rincón de nuestra
casa
Le damos forma a
nuestro sueño
Mientras lejano prende
la leña en el alma
La casa alegre,
iluminada
Con paredes de noches y
mañanas
Construida con grandes
ventanales
Que dan a la mar azul y
brava
La casa a dónde siempre
vamos
De las manos cogidos
fuertemente
No importa la tierra
entre nosotros
Si nos hacemos uno
ardientemente
No importa amor si la
distancia…
Ese laberinto inmenso
que invisible
Nos pone a prueba hacia
el olvido
Con las fauces negras
de la muerte
Porque somos la rosa
del destino
Que florece y se abre
hacia el futuro
Una rosa común de feroz
latido
En este sueño nuestro
libre y desnudo
De las manos cogidos
fuertemente vamos,
Remontando los valles,
castillos, ermitas
Titilan tus ojos al
pentagrama del viento
Y nos besamos ciegos
bajo la lluvia escrita
Yo voy tocando con tus
manos
Cada rincón de nuestra
casa
Le damos forma a
nuestro sueño
Mientras lejano prende
la leña en el alma