Bajo el claro de las
moreras,
sonaba el arpa de las
hojas
Mi amor y yo éramos peces
en un vals de nubes y
moras
Pentagrama de las ramas,
donde las aves cantoras
en un jardín sempiterno,
fueron,
violonchelo de las bocas
Y allí,
fuente de luz en que vivo,
navegó con velas rojas
un barco azul y lluvioso
en el piélago de las horas
Más tarde bebí en su boca
la ola dulcísima de un sueño
Manantial de alma pintora,
y esencia de luna en un beso
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