martes, 14 de febrero de 2017

Una de tiburones





Es el tiempo de los tiburones
Y no solamente los de la bolsa de Wall Street
Sino de los que vota ese océano rancio de ignorancia
Son tiburones idiotas por aguas prestadas
Con propósitos de carne ajena y de falacia
Vienen con sangre de pueblo en la dentellada
Que buscan la carnaza fácil en los hospitales
O en las aulas de las escuelas públicas
Les verás morder con los ojos blancos
A la desesperación de los que con sus leyes vulneran
Son los oportunistas de la mentira
Los herederos de la gran matanza
Son la rabia fratricida que danza
sobre la memoria de nuestros muertos
Tienen hambre de principios que no sean abyectos
Porque su absurda brújula ideológica
No tiene geografía, ni espacio, ni universo
Como un verbo sin sentido buceando
En un poema vacío buscando un extraviado verso
Es el tiempo de los depredadores financieros
De políticos que gestionan su dinero y privilegios
De jueces que encarcelan a inocentes por ser verdaderos
Tiempo de pobreza humanitaria
De cadáveres sin nombre flotando en las playas
Tiempo de jaurías de ricos viciosos
A la zaga de niños para sus infiernos
Es el tiempo de los enfermos que gobiernan el mundo
Es el tiempo de los tiburones en aguas revueltas
Desempleados buscando migajas por las calles
Tan desesperados…
Los desahucios y sus árboles de la horca
Las interminables colas del hambre
Es el tiempo de los tiburones
Y de los ignorantes que se descarnan y nos descarnan
Con sus votos sanguinolentos y miserables
Para así darles la vida de seguir alimentándoles




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