miércoles, 24 de agosto de 2011

De una segunda vida







Yo que vi el jardín de tus palabras
como una estela teñida de lilas y rosas
que buscaban mi boca para inundarse de mi
Y tú que viste mis ojos como pólvora prendida
para incendiar los tuyos en una misma partitura de tiempo

Tal vez se hizo la tierra diminuta para encontrarnos, no sé
Tal vez ya nos amábamos desde los siglos amor
Pero sé que mis manos buscaban las tuyas
Que mi pecho ansiaba tu alma de otoño
Tu lluvia cálida de la blanca mirada

Ya no sé vivir sin el perfume de tu presencia
Sin tu boca dorada por el sol de tu risa
Sin tu piel nevada ni tus caricias
Mi mariposa húmeda
Mi amor




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