Memoria de piel, sonata de Schubert
Serenade que el viento me recordaba
¡Qué cálidas manos las notas tocaron!
Notas de vino de purpúreos labios
Y sus palabras…
Palabras que en lo oscuro me abrazaban
Aves de otoño que en mi boca volaron
Aquél incendio níveo de su rosa blanca
con la guitarra negra de la noche en celo
Y sus besos…
Yo le amaba con la ráfaga del pecho,
deseo candente a su entregado cuerpo
¡Qué marea su tiempo desnudo en mis dedos!
En su corazón mío, y en el mío su fuego
Su fuego…
Su silueta a medianoche enamorada
llegaba desnuda prendiendo el silencio
Memoria de piel, sonata nocturna
Serenade del viento que aún recuerdo