Violonchelo que en la tarde...
De otoño vistes la soga
¡Qué lábil mariposa sus ojos!
¡Qué tierna fiera su boca!
Violonchelo que en la tarde...
Ciñes al cuello mi sombra
Meliflua serpiente evanescente
Inmarcesible flor libidinosa
Eres piélago en diluvio
Gritando a latidos mi nombre
Carnosa pulpa prendida
Dulce humedal y horizonte
Violonchelo que en la tarde...
Sus labios pintan melodías
Marejada entre las notas
Me hace faro en su bahía
No hay comentarios:
Publicar un comentario