Las
calles no tienen puertas
No
tienen rejas
No
hay alambradas
Pero
si sales y gritas:
¡Me
lo han quitado todo!
¡Ya
no me queda nada!
Entonces
vienen los perros
Con
sus infectas babas
A
morderte la voz
A
desgarrarte la palabra
A
vomitar su rabia de puro fascismo
A
pegarte con ira
A
herirte con saña
Las
calles no tienen puertas, no
No
tienen tragaluces ni ventanas
Pero
hay perros que huelen la muerte
Cada
vez que nos gritan las entrañas
La
verdad se nos retuerce en el alma
Sí,
las calles son libres
No
tienen puertas cerradas
Y
aventamos el derecho
De
expresar las injusticias…
Entonces
vienen los perros
Con
sus infectas babas
A
morderte la voz
A
desgarrarte la palabra
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