Contemplándola en las nubes embriagadas de viento y su amargura
Se viste para mí con una lluvia sutil y perversa, pero al
fin, presa
En esta noche víbora de crisálidas espurias y panteras ignífugas
Sus ojos como las hojas, lanceolados y pardos, devorando deseo
Todo es pedir infierno en un cielo abandonado
Sin un ángel que te abrace con su corazón de humo
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