miércoles, 22 de junio de 2016

... y desaparece





… Un día desaparece
y sin calor ni consuelo le buscas en la lluvia
en los libros anónimos que nunca miraste
En latido por latido
donde incendiaba su casa
Le buscas expreso en los poros que habitaste
en el cielo cobrizo de las tóxicas mañanas
en la tinta, golondrinas, horas perdidas
en las antípodas grises y sin retorno
en arboledas podridas de la nostalgia
en la brisa libidinosa de carnales manjares
en dragones de arena muriendo en las playas
en las canciones tristes de paupérrimos juglares
en las crines opalescentes de falsos pegasos
en cordones putrefactos y umbilicales
en la lengua enamorada hundida en el ocaso
en hospitales eternos y sueros amargos
en las mandrágoras púrpura de los ahorcados
en la risa cruel de las hadas de la agonía
en el cadáver último de los unicornios del olvido
en el desafinado canto en que se acaba la vida
en los arrullos guturales de los arroyos oscuros
en lo más absurdo del amor y lo más abyecto
en la soledad injusta de los poetas futuros
en el terciopelo doloroso de las mariposas
en el filo caliente y sangriento de una promesa
en el dulce sueño de la nieve sucia, atroz, engañosa
Es la mentira del olvido en que uno siempre se aferra

… y un día reaparece
más extenso y más brillante
como un ángel en la lluvia
sobre el nácar tembloroso
de la luna en la sangre

Y te vuela
y vuelve a enamorarte




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