Y ese
amor que un día llega
Como
un pájaro de blanco terciopelo
Que
bebe de tus manos y anida el pecho
Al que
con ternura peinas la seda de sus alas
Cuando
sus labios de golondrinas, van bebiendo de tus aguas
Ese
amor que desnudo te condena
Que
contigo se enreda, se crece, se deslaza
Que te
ilumina clavando su rayo de luciérnaga
Que
con su lluvia en los dedos de la tierra te descarna
Que
te viste las noches de afiladas promesas trepadoras del alma
Pero
el amor que se nos va
Es una
estación donde los trenes no regresan
Llena
de gente incorpórea y sin alma
Que se
oculta en la sombra esperando un silbido
Cuando
el dolor se hace templo
y el
futuro esperanza
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