domingo, 22 de noviembre de 2015

Sientes el mar





Sientes el mar cuando respira,
su caracola cercana, tan salvaje y desnuda
sobre la arena roja de tus latidos

Mi querido amigo… Se llamaba Olvido

Ella que nunca pronunció tu nombre,
y sin embargo prendía en tu corazón el frío

Esa mujer de sedas que ahora acaricias
cuando la madrugada se descarna de tu cuerpo...

Tu cuerpo en el espejo, y el suyo en el mío

Y te quedas tan solo que solo queda  soledad,
para liberarte de nuevo desde el invierno
a los lienzos del otoño con labios de acuarela
o a la remota costa de los años sumergidos y
hasta la vasta y lluviosa orilla ennegrecida
en que descansa aquél viejo dragón de arena,
tan maltrecho, vencido, malherido

Y sientes el mar cuando respira,
su caracola cercana, tan salvaje y desnuda
sobre la arena roja de tus latidos

Mi querido amigo… Se llamaba Olvido




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