(…) y sencillos poemas
Poemas que la gente va deshilando
Poemas que nutren de
luz al viento
Y todos somos ellos
Partículas de lluvia
que nos moja incesante
para ser constructo de
todos;
y todos en uno…, ser un
poema
Un gran poema
Un poema de gigante
con el corazón proyectando
su dulce locura
Los leo en todas partes
Son embrión en las
aceras
y madura en los
cristales…
De pantallas que no
duermen…
De ventanas ancestrales…
De tinta pétrea en
papeles resecos
Sencillos poemas
Candiles prendidos
de noches entrañables y
latidos que recuerdan
las arenas del tiempo
más doradas y eternas
Tal vez lo que nos
duela, pero…,
son poemas de la gente
Poemas que llegan y entran
sin
llamar a los umbrales
de los sueños
Son cometas que nos
vuelan y
nos alejan de toda lágrima
que hiele
por esas flechas de lacerante
frialdad,
que por triste lejanía,
nos atormentan
Y por esos poemas
morimos y despertamos
Poemas de la gente que
brotan en ese cenit blanco
adonde surcan naves que
sueñan el olvido
En el asfalto de todas
las calles del alma
En las febriles
habitaciones palpitantes
Sencillos poemas que
nunca perecerán
siendo antorcha luminosa
de todo aquello que nos
arde
Sencillos poemas de gente sencilla, todos son uno. Bonita esa imagen que transmites aquí. Todos los poemas creando uno de gigante. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que ocurre es, que a veces lo más sencillo, es lo más importante. No es gente sencilla, sino sencillos poemas. Poemas que no saben de retórica, pero salen del corazón, que es la gran fuente del conocimiento emocional. Tal vez los que se llaman a sí mismos conocedores del intelecto, no comprendan su más pura esencia y razón de ser. Pero son esencia poética que impregna de emocionalidad la existencia y nos lleva a su sencillez compleja y llena de fertilidad
ResponderEliminarBesos