Hay
pastos de locura
donde
los amores arden ciegos
llorando
nieve de amargura
He
sentido entre las manos
corazones
que sangraban aves
migrando
a la luna oscura
Estuve
en estaciones de soledad
más
allá del pánico de los dementes
donde
tirita desnudo el ocaso
frente
a un dios indiferente que
crucifica
con sus clavos al mundo
Hay
almas roturadas con guadañas
cuando
la muerte escribe sus destinos
Enamorados
cruelmente devorados
por
las fauces afiladas del olvido
Vamos
en trenes invisibles, intocables
atestados
de gente desconocida
desapareciendo
en túneles repentinos
donde
una luz engañosa nos tiende la mano