martes, 20 de septiembre de 2016

La niebla





Me refiero a la niebla de tu ausencia
A ese estar en todas partes
con espejos inhabitables en los bolsillos
Tal vez sea yo solo un reflejo
y así no te comprenda
Cierto es que a veces te mire
y sienta estar al otro lado
Pero no pasa nada amor
Giramos a una velocidad vertiginosa
aun estando parados
¿Cómo entonces queremos
percibir la distancia de una boca
a menos de cinco latidos y
comprender su sinrazón? ¿Su nada?
¿Qué importan las diferentes horas?
¡Hagámosle el amor a la luz
que se agita en el espacio indolente
de un pensamiento sensual cualquiera!
A veces la delicadeza es una pantera de humo
que devora corazones tristes en el silencio
Y así no puedo acariciarte, pues
me faltan la mentira en la piel
y lo febril de la intangible querencia
Por eso me refiero a tu ausencia
A este pastel amargo de los sueños
en la tortura de las sentencias
En esta niebla sórdida de frío y piélago
en donde yo te busco y tú
no me encuentras
Lo que me llueve es tu soledad
de caracola prendida y entreabierta
bajo el mar libidinoso de mi amor
Tu ausencia manifiesta
Tu ausencia…
¡Qué terrible escolopendra en la garganta!
¡Qué golpe del corazón a ninguna puerta!
¡Qué aullido de loba despierta mi dolor!
¡Qué disección del olvido entre tinieblas!

La niebla…




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