Sin ti la vida es un
error infinible
Sin ti estas manos herrumbran
y envejecen
Se desvanecen como arena
en las olas o
Como las hojas maduras
que el aguacero desprende
Sin ti no me queda la
húmeda brisa
Así las horas pasan sin
tu luz y se destejen
Dejándome tan solo un
paisaje muerto en la sonrisa
Nos amamos en la lluvia, celosa de los poros
Cuando la piel
enamorada se prende y estremece
Cuando los labios
henchidos se rinden a los dientes
Para volver a la lumbre
y a la fiebre
A la fragua del deseo
que no sabe de la muerte
Al abismo de la cintura
que por el alma se retuerce
Al espasmo de los
cuerpos que ciegos buscan y se abordan
Que se atropellan y se
trenzan en espiral incontinente
Nunca digamos un adiós
Y nunca regresemos al
presente
Vayámonos juntos
siempre hacia dentro
A esa espesura creciente
en que habita sin medida
Nuestro amor
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