Me hablabas de tu pasado
y sentía
entre las sábanas
tibias y nocturnas
de aquel alegre y
efímero momento
Yo, confidente tuyo,
leía tus ojos
de una solitaria y
prestada fotografía
A veces las nubes del
alma abrigan el cielo
para dar paso a la
lluvia fértil del amor
Para que germinen los
tallos sinceros
que siempre devuelven
la esperanza
Cada silencio, cada
palabra tuya
llegaban a la noche con
la brisa de Marzo
migrando al corazón que
me sostiene
Y escuchaba tu risa…
Tu risa que le daba a
mi mundo
nuevo sentido a su
morada
La noche tomó tu forma
sin medida
Se prendieron los
labios por cada sonido
Me hablabas y el tiempo
florecía
Los minutos eran raíces
buscando al corazón
No sé qué será mañana
Solo sé que en cada
instante presente
Con cada latido que
busca la noche,
cierro los ojos, y habito
en tus palabras.
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