Respirándole lluvia
Manantial palpitante que
mi lengua aprende, prendida
salvajemente sin mente, huncida
al yugo abierto de sus muslos,
Su llanto dulce, pulsátil, lamido,
brota caliente entre grito y gemido
de tanto incendiarse sin nadie
de tanto deseo con dolor
Un corazón socavado, hundido
en esa carne cruda del amor