No es del enemigo el
corazón que apuñala
Entonces...
¿Qué
porta la mentira como una daga
y
siembra la duda que se pudre en la mirada?
Decía:
Te quiero
¡No
mirarme con pupilas espinosas
que
esta sombra no me cesa buscando una lágrima!
Hoy
me duelen los pulsos de tanto pensarla
Hoy...
y no sé pero...,
se me
desangra la luna esta madrugada